Cansado de que la oposición, los gobiernos europeos y hasta la Comisión Europea le contradigan en cuanto a la pertenencia a la UE tras una declaración de independencia, Artur Mas ha querido aumentar la apuesta y en un mitin celebrado anoche en Arsèguel (Lleida) prometió que en una Cataluña independiente todos los catalanes al morir irían al cielo. Los asistentes, firmes partidarios de la independencia, irrumpieron en vítores y alaluyas, mientras que una niebla de esperanza en un Más Allá auténticamente catalán les envolvía de pies a cabeza.
Como era de esperar, las repercusiones no han tardado en llegar. En los hospitales catalanes, algunos familiares han pedido enchufar a sus enfermos terminales a la espera de los resultados electorales. Por su parte, desde el Gobierno estatal se ha pedido al Vaticano y a Obama que saquen a Mas de su error, incluso Fátima Báñez ha manifestado que la Virgen del Rocío le ha jurado que eso no es así.
Por su parte, Miguel Iceta ha manifestado ante los medios que esta es una prueba mas de que Mas ha perdido la cabeza, y luego se ha puesto a bailar La gozadera, contagiando a todos los periodistas con su ritmo sandunguero. Albert Rivera, de Ciudadanos, ha puesto en duda las afirmaciones del president, llegando a considerar que serán los votantes de Junts per si los que irán al infierno directamente por querer la independencia.
Finalmente, el presidente de la Asociación de Imanes de la Gran Catalunya se ha mostrado indignado, puesto que Mas ha olvidado al colectivo musulmán, el cual no quiere ir al paraíso de los infieles, sino al suyo propio.
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