Si en los prolegómenos de la feria hubo diversos problemas a la hora del reparto del espacio entre los diversos kioskos de comida, el epílogo de la misma ha vuelto a ver como los hosteleros ambulantes se han levantado en pié de guerra. Aunque para el arranque de los festejos ya parecía todo solucionado, anoche algunos de los restauradores que se consideraban más perjudicados por la distribución de suelo hicieron un plante, amenazando con no levantar sus puestos hasta que el Ayuntamiento no les compense de alguna forma por los daños que, a su juicio, han sufrido a causa del reparto.
Esteban Lucio, director general de Hamburguesería La Chuchi –esa que se anuncia diciendo que sus hamburguesas son de carne, carne, pero sin decir de qué animal– constituido en portavoz de los restauradores ha manifestado a este medio que no piensan irse, y que seguirán vendiendo hamburguesas, perritos, gofres y demás hasta que no se solucione el asunto, aprovechando los fines de semana de partido. Como medida de presión, además, han amagado con una huelga de celo, en la que sólo comerán con sus productos hasta que el Ayuntamiento se avenga a razones o hasta que la imprudencia les lleve al hospital.
Por su parte, el alcalde de la capital les ha respondido que ellos verán, pero que a partir del lunes el recinto ferial estará cerrado y se les cobrará como si fueran negocios estables. Es decir, que tendrían que sacar una licencia de apertura y pagar el Impuesto de Actividades Económicas. Asimismo, ha amenazado a los feriantes con la obligación el año que viene de mostrar unos carteles en sus establecimientos con textos análogos a los de las cajetillas de tabaco: "Comer esto engorda mucho", "Comer aquí puede producir intoxicación", "Es posible que te sirvamos la comida fría".
Así las cosas, el conflicto continúa enquistado, mientras que las labores de desmontaje siguen a buen ritmo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario