Una estudiante en pleno examen |
Entre otras cosas, se ha propuesto que el flamenco entre a formar parte del curriculum estudiantil en las fases obligatorias de la educación. Evidentemente, que el flamenco entrase en las aulas sería un enorme avance en su desarrollo y en la ampliación de su conocimiento. Sin embargo, dado que no se pueden incrementar las horas de clase, se plantea la necesidad de reducir otras. La primera sería la religión, lo cual contaría con el rechazo de la conferencia episcopal y de muchos padres católicos. Además, dado que hay una fuerte relación entre el flamenco y las expresiones populares de la religiosidad, como el rocío, se estaría incurriendo en una contradicción. Eso no sucedería si fuese, por ejemplo, las matemáticas las que cediesen parte de su tiempo.
Otra de las propuestas más fuertes es la de sustituir el examen de selectividad por una audición flamenca en la que los estudiantes que lo desearan tendrían que cantar o bailar alguno de los palos flamencos más conocidos. Sin embargo, esta propuesta se encuentra con la dificultad de encaje con el resto de las comunidades autónomas, aunque no es descabellado pensar que se pueda por lo menos llegar a acuerdos con Aragón (la jota), Cataluña (la Sardana) o Madrid (el Chotis).
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