Entre los días 23 y 25 de julio pasados se celebraron en Purchena los XVI Juegos Moriscos de Aben Humeya; juegos en los que, dicho sea de paso, nosotros no hemos tenido nada que ver, por mucho que haya gente que diga que han salido de nuestra calenturienta imaginación.
Como en años anteriores contaron con gran número de asistentes llegados de los cuatro puntos cardinales de la provincia de Almería, pero también de otros lugares. Entre los participantes en la prueba de levantamiento de piedra resaltaba la inscripción de un tal Koldo Barrenagueitia, al que todo el mundo dio por vasco y, en consecuencia, favorito para la prueba.
Llegado el momento del levantamiento, el tal Koldo dejó a todo el mundo boquiabierto, al levantar la piedra 123 veces en los tres minutos de rigor sin apenas modificar su ritmo, batiendo de paso el récord del arráez turco que, en su día, logró imponer entre batalla y batalla. Hasta aquí todo fue normal, el problema vino en la entrega de trofeos, cuando el concursante supuestamente vasco renunció a la medalla y los regalos del premio a cambio de poder llevarse la piedra.
Una parte del público estuvo de acuerdo con él y coreó para que le fuera concedida la famosa piedra, pero el alcalde terció en la polémica recordando que, debido a los apuros presupuestarios, renunciar a la piedra significaba poner en peligro la celebración de los XVII Juegos, ante lo cual el público pasó a corear lemas a favor de la pena de muerte. Mientras tanto, en medio de aquel barullo, Barrenagueitia aprovechó la confusión para desaparecer delante de todo el mundo.
Hoy, un mes después del suceso, en el pueblo hay una cierta unanimidad en aceptar que aquel tipo debía ser un extraterrestre, al ser imposible explicar de otra forma el extraordinario récord y la insistencia en llevarse la piedra en lugar de los premios. También hay quien mantiene la tesis de que los vascos provienen de otro planeta en el que deben escasear las piedras. Y a nosotros nos parece una deducción de lo más lógica.
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