El comunicado, emitido por el Movimiento de Liberación de los Animales de Invernadero, indica que la causa de los ataques era la liberación de la fauna auxiliar que hay en los invernaderos. Sigue diciendo el texto, que la expansión de la lucha biológica ha condenado a una vida bajo presión y antinatural a un número creciente de insectos.
Los destrozos descritos en los invernaderos, por tanto, tenían como objetivo propiciar la fuga de los insectos de los invernaderos que, en realidad, son para los bichos unos campos de trabajos forzados.
De hecho, según el escrito reivindicativo, con estas actuaciones calculan que se han liberado en torno a 20.000 criaturas de diversas especies, siendo el tricorama una de las que más almas han aportado al movimiento libertador. Esta cifra, por tanto, es superior a la que Schiller logró salvar de los campos de concentración nazi, lo que al menos debería merecer una entrada en la Wikipedia.
La reivindicación principal de este movimiento es que ningún animal ni persona debería sufrir las penosas condiciones de trabajo de los invernaderos. Piden para los insectos una vida natural y la liberación de todos los que se encuentran recluidos tanto en los invernaderos como en las inmorales biofábricas.
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