El museo bilbaíno es la inspiración de Canjáyar. |
Y si hay un museo en España que haya cambiado una ciudad ese es el Guggenheim de Bilbao. Por eso es el modelo que los canjilones han seleccionado. El alcalde, que es consciente de lo enorme del proyecto, ha planteado un plan de acción por fases. Lo principal es tener a todo el pueblo detrás del proyecto, cosa que hasta ahora no ha sido posible, pero que (dice él) va por buen camino.
Lo segundo sería lograr el permiso del arquitecto para usar sus diseños en el pueblo. Estima que, dado que ya ha cobrado una vez por ellos, no debe ser mucho lo que vaya a cobrar ahora. Para la construcción, dado que en Canjáyar hay menos humedad que en Bilbao, se han decidido por usar placas de hojalata protegidas con minio, lo que también abarataría la estructura del propio edificio.
A la espera de que alguna entidad financiera se muestre interesada por el patrocinio de la obra, o de que la Junta de Andalucía se preste a financiar la inversión, ya le han cambiado el nombre a la parcela asignada, que oficialmente se le llama "emplazamiento para el museo singular de la uva", aunque los vecinos ya le denominan "el yermo del Guggenheim".
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